EL MILAGRO DE MONTSERRAT
'EL MILAGRO DE MONTSERRAT'
La fe de un torero a N.ª Sra. De Montserrat.
Plaza de toros Las Arenas, Barcelona. Domingo 10 de Junio de 1951. El novillero Alberto Díaz "Madrileñito", recibió una tremenda cornada penetrante en el tórax, que le produjo una herida gravísima que atravesó la pleura, el diafragma y el pulmón en todo el plano posterior. "Madrileñito" se debatía entre la vida y la muerte.

- Solo un milagro puede salvar la vida de su hijo - dijo el doctor Olivé Gumá al padre del torero, que acababa de ingresar en la enfermería de la plaza. Alberto Díaz padre, antiguo matador de toros y que había actuado en aquella novillada como banderillero de su hijo, había oído hablar mucho de la "Moreneta", la Patrona de Cataluña. En las horas preagónicas de su hijo, rezó pidiéndole a la Señora que devolviera la vida de Alberto. Como su mayor sacrificio podría realizarlo caminando, prometió si su hijo sobrevivía, ir a Montserrat en peregrinación a pie desde Madrid, donde residían.
Y el milagro se realiza. Contra todos los pronósticos de los facultativos, Alberto salva su vida. Regresa a Madrid y poco a poco, durante más de un año y medio, recupera energías y entusiasmo. De nuevo le atraen las tientas, el ansia de aplausos y las tardes triunfales en los ruedos. Pero antes hay de por medio una promesa a la Virgen. A la Virgen de Montserrat.
Padre e hijo, llenos de fervor y gratitud, emprenden la marcha. La larga ruta iniciada el 12 de febrero de 1953, tras 20 duros meses de recuperación, dura veintidós días. Es una odisea emocionante. Toda la prensa española se hizo eco del prodigio realizado por la Virgen, del fervor de un torero que dio pruebas de la reciedumbre de su fe y de odisea que comenzaban padre e hijo desde Madrid, hasta la montaña de Montserrat en Barcelona. En Arcos de Jalón, les sangran los pies. En Algora, tienen que avanzar con un espesor de medio metro de nieve. Las peores jornadas, son en los Monegros. A lo largo del camino, las gentes salen a su paso y les acogen con cariño y cordialidad. Compañeros de profesión, les reciben en Zaragoza. Oyen misa y comulgan con ellos. Su llegada a Lérida es sensacional: todo el mundo les rodea y pide autógrafos a los peregrinos.
Los pies del padre siguen sangrando y los del hijo pisan fuerte y decidido. Por fin llegan a la cumbre de la Montaña Santa... ¡La promesa está cumplida! Encienden los cirios. Visitan el Monasterio y se les obsequia con una imagen de la Virgen.Alberto Díaz declara con emoción: 'Brindaré el primer toro a Cataluña, ya que su Virgen me ha salvado y me protegerá, no lo dudo, en adelante'.
La Prensa de Madrid y Barcelona glosaba así la proeza de estos dos hombres de fe:
"He aquí una promesa cálida, llena de significado. La Virgen morena de la sierra protegió, con su sombra divina, la existencia del bravo novillero. Este viene ahora a visitarla, en el más largo paseíllo que conoce la historia de los toros".
• Libro de los Milagros de N.ª Sra. De Montserrat, t. II, folks. 49.50.
• Archivo de la Basílica de N.ª Sra. De Montserrat.
• Reportajes de la Prensa de Madrid y Barcelona, correspondientes a los meses de febrero y marzo de 1953.