Cataluña ha dado muchas de las tardes más brillantes de la historia del toreo
La Fiesta de los Toros, se remonta en Cataluña a la Edad Media.
Las primeras noticias, según escribió Carlos Ilián, son de 1387 (bajo el legado de Juan I de Aragón).
Aunque siempre se dieron festejos, muchos de carácter real, hasta 1834 no existió un coso realmente fijo. Éste se llamó de La Barceloneta por estar enclavado en ese típico lugar de la ciudad. Una plaza que estuvo en funcionamiento hasta 1928, conocida hasta entonces como El Torín, en una época en la que Barcelona contó con tres plazas de toros a la vez, pues la afición había aumentado de forma considerable.

Por eso en 1900, se inauguró la Plaza de las Arenas, el 29 de junio. Se lidiaron toros de Veragua por los rejoneadores Mariano López e Isidro Cañé y los matadores Mazzantini, Conejito y Antonio Montes.
La Barceloneta y Las Arenas funcionaban indistintamente y aun así, se abrió una tercera: la actual Monumental, entonces con el nombre de El Sport, con un aforo de 8.000 espectadores que enseguida, se amplió a 20.000 personas.
La inauguración se celebró el 12 de abril de 1914 con veraguas de nuevo y Vicente Pastor, el Papa Negro y Torquito en el cartel. Dos años más tarde, el 27 de febrero de 1916, se reinauguró debido a la ampliación, con ganado de Benjumea y Joselito, Curro Posada y Saleri II como lidiadores.
Por encima de Madrid
En los años 50 y 60, Barcelona estuvo siempre por encima de la plaza de Madrid, pues el coso de Las Ventas daba paso en los meses de verano, a las novilladas. Fue en 1965, cuando se empezaron a dar corridas de toros durante el estío. Pero en aquellos años (podríamos añadir también los 40, con Manolete como base de las combinaciones de la Monumental barcelonesa) eran de primera fila Plaza de las Arenas y la Monumental, donde tomó la alternativa Jumillano el 10 de agosto de 1952, cuando era figura de los novilleros.
Durante 14 años funcionaron los tres cosos, lo que da idea de la importancia de la fiesta en la Ciudad Condal. Los toreros de postín tomaban la alternativa en Barcelona desde los tiempos de Julián Casas ´ El Salamanquino´ y Frascuelo hasta los más recientes de Victoriano Valencia, Chamaco, Cabañero, los locales José María Clavel y Barceló, Paquirri, Julio Robles, el actual Frascuelo y Paco Alcaide, pasando por Sánchez Mejías, Antonio Márquez, Félix Rodríguez, Armillita Chico, Domingo Ortega, Gallito o Morenito de Talavera.
Manolete se la otorgó a Manolo Martín Vázquez y Angelete; Domingo Ortega a Domingo Dominguín (hijo) y Pepín Martín Vázquez, Arruza a César Girón. Muchos novilleros salieron de La Monumental como: Domingo Ortega, Aparicio, Chamaco y otros ratificaron sus éxitos como Joaquín Bernadó y Diego Puerta, provenientes de la carabanchelera Vista Alegre, o Paco Camino, de Zaragoza y Valencia.

Domingo Ortega en 1930, toreó cinco novilladas triunfales que le abrieronas puertas de la alternativa el marzo siguiente. En aquellos festejos menores hizo pareja con Carnicerito de México. En 1954 debuta el onubense Antonio Borrero Chamaco y es el eje de la vida de la ciudad durante tres temporadas de novillero.
El todo Barcelona acudía a los toros y entre las dos plazas, de entonces, se celebraban hasta cuatro festejos taurinos en una misma semana, tres de ellos con novilladas a base del diestro de Huelva, que tomó la alternativa en la misma Monumental, de manos de Litri y en presencia de Antonio Ordóñez. Los toros pertenecieron a Urquijo.
Manolete, el referente
Manolete fue el referente taurino catalán de los 40. Toreó en La Monumental más corridas que en ninguna otra plaza. También Carlos Arruza gozó de un gran cartel: arrolló en su aparición, en 1944 y toreó dos corridas en 1952, las únicas en España, a un precio astronómico durante la Feria de la Merced. Una con Aparicio y Jumillano, y otra con Parrita, que se retiró ese día, y el toricantano César Girón.

En 1942 Antonio Bienvenida sufrió una gravísima cornada en el vientre en corrida de 12 toros. En 1950 sumaron casi una veintena de actuaciones Manolo González y José María Martorell, con éxito, en un año en el que la mayoría de las ferias se hicieron a base de la pareja novilleril Aparicio y Litri. Pedro Balañá, padre y nieto, los actuales propietarios, tuvo mucho que ver con el esplendor de la Barcelona taurina.
Toreros catalanes
Barcelona ha dado toreros artistas como Gil Tovar, Mario Cabré y Joaquín Bernadó, sin olvidar a Eugenio Veltoldrá, José María Clavel, Luis Barceló hasta llegar al actual Serafín Marín.
También han existido páginas luctuosas como la muerte de los banderilleros Mariano Alarcón, en 1952, y Joaquín Camino (hermano de Paco) el 3 de junio de 1973. El portugués José Falcón, matador de toros, resultó herido mortalmente el 11 de agosto de 1974 por el toro 'Cuchareto', de la ganadería de Hoyo de la Gitana.
A mitad de los 70, con el 'boom' del turismo y el lleno asegurado, se empiezan a rebajar la calidad de los carteles, hasta llegar hasta el máximo. Coincide con la transición, en la que los políticos nacionalistas dan totalmente la espalda a la fiesta. Aun así, José Tomás, pareció sacarla de su postración, antes de llegar a la delicada situación actual.
(José Luis Suárez Guanes - 2010)
